miércoles, 22 de septiembre de 2010

Rituales corpóreos

Rodeado de un sitio que a mí siempre me pareció tétrico y mientras el cielo amenazaba con una lluvia temprana. Así es como llegué a la torre de exposiciones del Canal de Isabel II de Madrid, después de pasar los controles rutinarios de seguridad.

La exposición versaba sobre uno de los nombres de moda dentro del mundo de la fotografía en los últimos meses: Isabel Muñoz. La fotógrafa, que recientemente ha ganado el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid, se centra en esta exposición en la relación del cuerpo con la religión.

Isabel Muñoz es una fotógrafa de los contornos humanos. Posiblemente no haya otro artista que se haya centrado más en estudiar nuestra relación anatómica con cualquier fenómeno externo: el amor, la religión… Esta vez, la exposición adquiere cierto tono místico y desde la primera toma de contacto no dejará indiferente a nadie.

La muestra recoge más de 50 imágenes sobre las prácticas místicas de grupos religiosos en diferentes localizaciones geográficas: Irán, Irak, Siria y Turquía. Desde lo más místico a lo más doloroso, llama la atención la serie Nadie Sabe, tomada durante una práctica en Irak, en la que los más expertos en el conocimiento de su cuerpo llevan a cabo prácticas físicas basadas en el dolor, no alcanzadas por los más novatos, y que seguramente no serán comprendidas por los visitantes. Cuesta bastante terminar de ver esta serie de imágenes.

Por otro lado, conforme vamos culminando nuestra ascensión hasta la cúpula del antiguo depósito –tal vez metafórico con la ascensión de estos cuerpos hasta los brazos de su dios- podemos ver la ceremonia de baile de los derviches giradores de Turquía. Un ritual en el que el cuerpo se convierte en el único instrumento de contacto con el dios y en el que llegado un momento determinado, sin dejar de girar, el danzante alza la mano derecha para recibir la gracia de Alá, mientras su mano izquierda está orientada hacia la tierra, para enviársela a ella.

En palabras de Juan Goytisolo: "los derviches giran como peonzas, sus túnicas forman anillos saturnales, el blanco torbellino de los pliegues deviene levitación. Siguiendo las pautas del guía, se incorporan a una u otra de las órbitas planetarias, pasan del equinoccio al solsticio, del invierno al verano: cielos astros, elementos terrestres evolucionan con la ligereza del átomo, su remolino es el de las almas sumisas a la universal gravitación solar".

La exposición concluye en la cúpula con una proyección audiovisual sobre este rito de danza religiosa turca, en el que junto a la música tradicional, una serie de imágenes ponen en situación al espectador sobre el ritual religioso y corpóreo.

Isabel Muñoz puede gustarte o no, pero es evidente que tiene una cualidad muy ansiada por todos: la de no dejar indiferente a ninguna mirada.

“El amor y el éxtasis” estará en la sala de exposiciones del Canal de Isabel II de Madrid hasta el 26 de septiembre. El horario de visitas es el siguiente: de martes a sábado, de 11 a 14 y de 17 a 20:30 horas. Los domingos y festivos, de 10 a 14 horas. Los lunes la sala permanecerá cerrada.

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lunes, 6 de septiembre de 2010

Harry Burton y el desentierro del faraón

Enmarcada en la exposición Tutankhamon. Los tesoros del faraón, que visita Madrid este verano, se encuentra, a modo de final de trayecto, una exposición fotográfica del fotógrafo arqueológico de la expedición, Harry Burton, sobre las excavaciones que llevaron a Howard Carter y Lord Carnavorn al descubrimiento de la tumba del faraón egipcio Tutankhamon.

Antes de dedicar nuestra atención a la muestra fotográfica, hay que destacar que no se puede visitar por separado, es decir, sólo se puede ver la exposición si antes se ha recorrido todo el resto de la galería, ya que ésta se encuentra en el pasillo de salida de la recopilación de objetos y la réplica del busto dorado del faraón niño.

La exposición general está muy bien preparada, y su visita puede llevarnos horas, dependiendo de con qué detenimiento observemos cada objeto y nuestro propio interés por el tema, pero sin lugar a dudas, merece bastante la pena. Desde aquí animamos a aquellos que tengan dudas a que se acerquen.

Cuando ya pensaba que mi paseo había concluido y me encaminaba hacia la calle, me topé de repente con un pasillo repleto de imágenes en las que aparecían los trabajadores extrayendo los tesoros con los que Tutankhamon viajó al reino de los muertos. Sillas, tronos, iconos, ídolos, barcas, carros de combate, elementos de caza, los propios sarcófagos dorados y toda la parafernalia que le acompañó en su tránsito, inmortalizadas por el objetivo del reportero.

Harry Burton era, por aquel entonces, el fotógrafo del Museo Metropolitano del Arte de Nueva York, y en el momento en el que se tuvo conocimiento del hallazgo encontrado, el centro le envió con su cámara a retratar cada uno de los trabajos de exhumación. En numerosas fotografías se puede ver al propio Carter y a Lord Carnavorn, que, días antes de que se encontrase el primer peldaño, estuvo a punto de retirar la financiación con la que Carter dirigía la excavación.

La muestra fotográfica, acompañamiento exquisito al resto de la exposición, supone una perfecta documentación visual de la situación en la que se llevaron a cabo los trabajos en Egipto. Un conjunto de imágenes en blanco y negro, por supuesto, que detallan y datan la ilusión de los impulsores del proyecto y cómo el pueblo egipcio se volcó con el hallazgo de su antepasado más reconocido en el futuro.

La exposición “Tutankhamon. Los tesoros del faraón” se encontrará hasta el día 17 de octubre en el pabellón 12 de la Casa de Campo (metro Lago, línea 10). El horario de visitas es de domingo a jueves de 10 a 20 horas 18:30 – 19:00); y viernes y sábados de 10 a 22 horas (última admisión de 20:30 – 21:00).

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