La gran Marivián. Fernando Aramburu. Tusquets Editores. 280 páginas. 18 €.
Tras sus Años lentos, libro del año pasado según el gremio de libreros, Fernando Aramburu vuelve con La gran Marivián para cerrar su trilogía de Antíbula, de la que ya habíamos disfrutado Los ojos vacíos y Bamí sin rostro. Con esta novela, el escritor donostiarra cierra el círculo y nos vuelve a adentrar en las totalitarias paredes del régimen colectivista de Antíbula.
La narración comienza con la muerte y los solemnes funerales de estado que tienen lugar cuando muere Marivián. La gran Marivián, una actriz que transciende de los escenarios y las pantallas. Una vedette que, con el paso de los años y su carrera, se ha convertido en el rostro del régimen colectivista, guiado con mano dura por el camarada Ij.
Para el narrador la historia comienza con una acusación, cuando se convierte en cabeza de turco por escribir supuestamente un obituario no tan entusiasta como el régimen desearía. Ante la inculpación, por la que se le retira la licencia, él decidirá investigar a fondo la vida oscura de la estrella, movido también por el deseo de encontrar respuestas a la muerte en extrañas circunstancias de su hermano, emparentado sentimentalmente con Marivián.
Con un estilo narrativo fragmentario, Aramburu nos introduce en la ilusión del documental con entrevistas y testimonios de gente que conoció a la artista (su profesora de teatro, directores que trabajaron con ella…), narraciones de pasajes de su vida, así como sus propias indagaciones en archivos oficiales y bibliotecas privadas. A través de estos pasajes de la vida de Marivián, el autor hace una reconstrucción de la biografía de la vedette, desde su infancia hasta su muerte.
Pero, como era de esperar, al régimen colectivista de Ij no le hace excesiva gracia esta indagación y el autor pronto notará la presión de la Posepu, la Policía del Pueblo, así como los intentos de desbaratar su investigación o de inducirle hacia pistas falsas de otros periodistas de tendencia contraria, en este caso, católicos, perseguidos también por el régimen antibulés.
La gran Marivián indaga en el funcionamiento de estos sistemas políticos autoritarios, dando luz a muchas prácticas que no son para nada inventadas, que pueden ser incluso reconocibles de regímenes similares como la URSS estalinista, entre otras, aunque no haga falta remontarse tanto para encontrarlos. Aramburu ha cerrado su trilogía de Antíbula de forma brillante, creando la vida de un personaje muy carismático a raíz de su fallecimiento.
¿Qué secretos esconde Marivián? ¿Qué le depara el futuro al periodista que investiga? Sólo puedes sentarte, leer y descubrirlo. Es evidente que Aramburu es uno de los escritores más en forma de nuestras letras y, por si quedaba alguna duda en el aire, con esta obra lo vuelve a dejar patente.
Publicado en Punto de Encuentro
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