jueves, 9 de enero de 2014

Subexposición literaria

La habitación oscura. Isaac Rosa. Seix Barral, 2013. 256 páginas.

El término subexposición se utiliza en el ámbito fotográfico para nombrar la técnica consistente en tomar una instantánea disminuyendo la luminosidad con el fin de conseguir un efecto determinado cercano a la penumbra. En su última novela, La habitación oscura, Isaac Rosa se sirve de una variante de este concepto, tanto en el argumento, con la referencia permanente de la sala oscura, como en la forma, con una narrativa bajo la que subyace la oscuridad social de los últimos tiempos. 

La trama es una de esas historias aparentemente sencillas en las que desde el principio se intuye un desenlace menos cómodo de lo que se aparenta. Un grupo de amigos cualquiera, en un local alquilado en la ciudad, durante una noche cualquiera de sábado en la que tiene lugar un apagón en la red eléctrica. La oscuridad cae accidentalmente sobre todos los protagonistas, que son a la vez narradores. Todos son uno y todos son todos. Como no podía ser de otra forma, el encuentro deriva en una fiesta orgiástica que marcará de por vida a los participantes.

Hasta aquí, nada del otro mundo. La vuelta de tuerca que da lugar a la novela surge cuando, tras la vuelta de la electricidad al barrio, el grupo, embriagado por la agradable sensación anónima de esa primera noche oscura decide crear un espacio para repetir la experiencia cada vez que lo deseen. La habitación oscura, que no filtra ni una gota de luz, funciona durante toda la novela como una metáfora de la cobardía con la que se enfrenta la sociedad actual a la vida. Se convierte poco a poco en el escondite para todo aquello que hace sentir mal o incomoda a sus beneficiarios, en “el pozo hacia el que todas las vidas desaguan”.

Desde la primera página Isaac Rosa nos trata de incluir en la última noche de esa habitación secreta, en la que los presentes esperan que alguien misterioso y desconocido para el lector vaya a buscarlos. La frase inicial es una muestra evidente de esa intención: “Vamos, entra, no te quedes ahí. Ya estamos todos”. Una clara interpelación al lector con la que trata de llevarlo a su terreno. A partir de entonces, la voz narrativa cambia de persona y de tiempo con la misma velocidad con la que el lector se adentra hasta el último sofá y con la que transcurre la historia merced a un ritmo narrativo trepidante.

Mientras el narrador –o los narradores, según el momento– nos cuenta la puesta en práctica y las consecuencias del pacto tácito sellado tras esa primera noche oscura, el autor intercala fragmentos que, bajo el sugerente título de Rec, muestran a desconocidos y anónimos que están siendo espiados a través de sus pantallas de ordenador o de sus dispositivos móviles. Evidentemente, las dos líneas se terminan entrecruzando en un giro excesivo, que no se deja ver hasta que lo tenemos impreso en nuestras manos. 

Isaac Rosa cuenta la historia del grupo de amigos mediante un rico abanico de técnicas, algunas más propias de otras disciplinas artísticas, como pueden ser el timelapse o un rewind en el que pasamos del futuro al pasado de los personajes a un ritmo vertiginoso. Esta diversidad de técnicas narrativas es uno de los puntos más atractivos de la obra. El autor construye, mediante un estilo fresco y vivo, una narración que reflexiona sobre el paso del tiempo, la nostalgia, reflejada en la mirada hacia atrás que supone la última noche de la sala oscura, y la metamorfosis del espíritu juvenil con el paso de los años. 

La crisis económica, subyacente durante toda la obra, junto con el apartado tecnológico, que aporta reflexiones sobre la seguridad digital y los peligros de las nuevas tecnologías, aportan dos patas robustas que descargan el peso de la historia principal cada vez que ésta parece empezar a agotarse. Estos dos elementos narrativos, por otra parte más tangibles y actuales, junto con las reflexiones sobre el presente, los movimientos sociales, los empresarios sin escrúpulos, etc., confirman a La habitación oscura como una obra absolutamente actual e imprescindible en la carrera literaria de Rosa.

Publicado en Punto de Encuentro

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, escribe dentro del recuadro. El creador se reserva el derecho de eliminar comentarios racistas, xenófobos, insultantes, comprometidos o que puedan ofender o dañar la imagen e integridad de alguien.