Mercado de invierno. Philip Kerr. Editorial RBA, Colección Serie Negra, 2015. Traducción de Efrén del Valle Peñamil y Víctor M. García de Isusi. 414 páginas.
“Ser o no ser. Con esa actitud, yo creo que Hamlet era seguidor de un equipo de fútbol. Del F. C. Copenhague, probablemente.” Esta frase, puesta por Philip Kerr en boca de su protagonista, podría resumir el espíritu que gobierna su última novela Mercado de invierno. Si se suele decir que el mundo del fútbol y sus recovecos podrían dar origen a la más inverosímil de las novelas, esta es la prueba de ello.
¿Qué pasaría si, un buen día, José Mourinho apareciese asesinado en las inmediaciones de Stamford Bridge, el estadio en el que el Chelsea ejerce de local? Esta parece ser la pregunta que sobrevuela la trama de la novela de principio a fin. Lo cierto es que el Joao Zarco que inventa el escritor tiene muchos vínculos con el reputado manager portugués. El asesinato del entrenador y el ascenso de su segundo, el narrador, a su puesto servirán al novelista para sumergirse en la panza del monstruo en el que se ha convertido el deporte rey.
El escritor desliza toda su mordacidad para denunciar los mecanismos que han hecho del fútbol el mayor de los negocios y de sus futbolistas, meras piezas de un engranaje publicitario y económico inabarcable: “Lo cierto es que algunos de esos muchachos llevan más cremas para el cutis y productos capilares en sus neceseres Louis Vuitton que los que tenía mi primera esposa en el tocador. Incluso he conocido a futbolistas que se han negado a participar en el entrenamiento porque por la tarde tenían que rodar un anuncio de Head & Shoulders.”
No hay reservas en la escritura de Kerr, que consigue engranar la trama central, propia de la novela negra, con sus propias reflexiones, siempre puestas en boca del protagonista, Scott, que se sitúa como una especie de extensión del autor. Una rara avis dentro de la maquinaria, que pasa su tiempo libre leyendo, viendo cine o acudiendo al teatro, lo que le lleva a ser considerado muchas veces como un outsider, algo que a Kerr le da pie para seguir desenfundando sin piedad: “En el fútbol ser inteligente está casi tan mal visto como ser homosexual.”
No hay duda de que en Mercado de invierno confluyen las dos grandes pasiones de Philip Kerr: la escritura y el fútbol. A pesar de la resignación con la que mira desde sus páginas a ese proceso de comercialización brutal que ha sufrido con la entrada masiva de las telecomunicaciones, Kerr no deja de mostrar una pasión por ese fútbol añejo, ese impulso irracional que se apodera del hincha en determinados momentos. En sus propias palabras: “El fútbol es tribal, por supuesto. Y las tribus hacen este tipo de cosas, ¿no? Pasaron miles de millones de años hasta que las bestias salvajes evolucionaron y se convirtieron en hombres, pero solo hacen falta noventa minutos un sábado por la tarde para que todo eso se desmorone.”
Ya lo dijo Albert Camus, “el fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes.”
Publicado en Otro Lunes, nº 37, junio de 2015.
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