lunes, 29 de noviembre de 2010

Renoir busca el calor de Madrid

El Museo del Prado acoge este otoño-invierno, hasta el 6 de febrero, la primera muestra monográfica de Pierre-Auguste Renoir en España. El autor, considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura impresionista, pintó en vida con tal efervescencia que alcanzó un enorme grado de popularidad entre sus contemporáneos, algo realmente complicado de lograr en su época en el mundo del arte.

La exposición recoge 31 obras del autor, cedidas por el Clark Art Institute de Massachusetts, que posee el conjunto más importante de las obras de Renoir. Durante cuarenta años, Sterling y Francine Clark se dedicaron a adquirir obras del pintor y, gracias a ello, se han convertido en los mayores detentores de su obra. Gracias a ellos, y al préstamo, hoy podemos disfrutar de los cuadros del pintor francés.

En esta muestra, organizada por dicha institución conjuntamente con el Museo del Prado y la Fundación BBVA, se puede observar el gran abanico de estilos pictóricos que atesoró el pintor: retratos, paisajes, desnudo femenino, la naturaleza…

La obra del pintor francés es impresionista, pero no es impresionista al uso, tal como conocemos el movimiento nosotros. Renoir pretende recoger en cada trazo la belleza innegable de todo lo que se encuentra a su alrededor, deteniéndose en ocasiones en detalles muy finos, de los que probablemente otro no se percataría, como un jarrón que aparece en una estantería, detrás del motivo, un tirante caído en el hombro de una mujer, con la que juega de manera sublime al erotismo, o un paipái estampado en la mano de una de sus modelos…

Sin embargo, no por ello deja de lado lo que se considera el impresionismo “de manual”, por llamarlo de alguna manera. El paisaje, género clásico en este tipo de pintura, queda perfectamente representado por el autor en alguna de las obras que podemos contemplar en esta retrospectiva, como El puente de Chatou, La bahía de Nápoles al atardecer, o algunas puestas de sol con colores cálidos.

Entre las obras seleccionadas para la exposición se encuentran, según los organizadores, las dos más importantes: Palco en el teatro y Muchacha dormida, pintadas ambas en 1880. No obstante, mi ojo poco crítico, más bien de espectador de a pie, se quedó con otras dos bastante diferentes: Mujer leyendo, de 1891, en la que una joven lee de espaldas, aparentemente sin percatarse de que la están pintado, pese a que la composición sea perfecta y parezca totalmente estudiada; y Autorretrato (1897), en la que el pintor se dibuja ya mayor, con una pulcra barba blanca y un sombrero, y en la que, desde mi punto de vista, los trazos son tan suaves que la pintura es perfecta.

Pasión por Renoir permanecerá en el Museo del Prado hasta el 6 de febrero. La entrada tiene un precio de 8 euros, la general, y de 4 la reducida, y da derecho a ver la colección permanente del museo. El horario es de martes a domingo de 9 a 20 horas, con el último pase a las 19 horas.

Publicado en La Huella Digital

Harry Potter se hace adulto

Harry Potter y sus amigos se hacen mayores. Es algo que venimos viendo desde que comenzó la saga de películas, con la que los protagonistas han crecido. La evolución en la trama es similar. Siempre pensé que la saga Harry Potter maduraba conforme se iba llegando al desenlace. Es por ello que me parece una gran obra literaria. Crea un mundo complejo y completo, y además hace sufrir a este cambios y evoluciones (o involuciones).

Esta vez llega a la gran pantalla la primera parte de la séptima entrega: Harry Potter y las reliquias de la muerte. La historia termina de madurar en esta entrega y la guerra que se avecina empieza a palparse con multitud de hechos en el mundo mágico, que recuerdan a los prolegómenos de nuestra ya vivida segunda guerra mundial. Desde siempre pensé que la saga era un fiel reflejo de la etapa de entreguerras, el ascenso del nazismo y ese oscuro periodo histórico.

Harry Potter y las reliquias de la muerte se desarrolla fuera del castillo de Hogwarts por primera vez desde que los tres amigos entrasen a aprender magia hace unos años. Dirigida por David Yates, es la película más oscura de todas las que se han realizado hasta ahora, con abundancia de elementos góticos y una atmósfera gris que ayuda a adentrar al destinatario en ese ambiente de preguerra que se empieza a palpar en el mundo mágico. En este contexto, existe una escena que por sí sola merece la pena toda la película y que narra el desahogo de Harry y Hermione de todo lo que están viviendo para su tan pronta edad. La escena del baile de los dos amigos.

Es una época de cambios. Ha llegado el momento en el que empiezan los posicionamientos y, pronto, se empezará a ver quiénes son los que están de un lado y quiénes del otro. Mientras tanto, Harry, Ron y Hermione se lanzan a la búsqueda de los horrocruxes, los pequeños objetos en los que Voldemort esparce los siete trozos de su alma, con la idea de destruirlos en nombre del malogrado Dumbledore, que antes de morir legó a los chicos unos valiosos objetos: a Ron un desiluminador, que desempeñará un importante papel, a Harry su inseparable capa invisible y la snitch dorada que capturó en su primer partido de quidditch, y a Hermione un libro de cuentos y fábulas de Beedle el Bardo. Estos elementos constituirán una línea de seguimiento del argumento en toda la obra.

No obstante, esta película (o libro) no se centra tanto en los chavales, sino que también deja un importante lugar al contexto en el que se encuentran. Los mortifagos han tomado el ministerio de Magia y están obligados por el Señor Tenebroso a llevar a Harry Potter vivo ante él, el mundo está atestado de carroñeros, que buscan y secuestran en nombre de Voldemort tanto a magos contrarios al régimen como a muggles, catalogados por ellos como sangre sucia.

La película hace honor suficiente al libro –en toda la saga es así-, y no deja al libro a baja altura, sino que lo sigue bastante bien y respeta en todo momento el argumento y la secuencia de hechos, salvando algunas pequeñas licencias. Mucho más cargada de acción, como se preveía después de ver Harry Potter y el misterio del príncipe, la película nos deja una expectación grande ante la segunda parte y definitiva que se estrenará el año que viene por estas fechas y cerrará la saga.

Publicado en A mí películas

lunes, 22 de noviembre de 2010

El baile de la venganza

El baile. Irène Némirovsky. Ediciones Salamandra. 94 páginas. 10 €.

La venganza se sirve fría. Tópico donde los haya, pero que evidencia una gran verdad se mire desde el punto de vista que se mire. En estas 94 páginas la escritora Irène Némirovsky relata una de las venganzas más crueles y despechadas que podemos encontrar: la de una adolescente hacia sus padres.

Es el primer cuarto de siglo XX y la familia Kampf reside, rodeada de placeres y lujos, en París. La familia, que es profundamente rica, no tiene, en cambio, algo mucho más preciado que el dinero: el reconocimiento de la Alta Sociedad francesa. Pero no tardarán mucho en ostentarlo también, pues como a menudo suele pensarse, no hay cosa que el dinero no pueda comprar.

Así pues el señor y la señora Kampf organizan un baile para dos centenares de invitados, entre los que se encuentra lo más selecto de la burguesía francesa de aquellos tiempos. Aquel será el acontecimiento que permitirá grabar, de manera definitiva, el nombre de los Kampf entre las familias más poderosas de Francia.
Sin embargo, no viven solos los Kampf. Además de los criados, con la inglesa miss Betty por encima del resto, en la casa reside la hija del matrimonio, Antoinette, de catorce años, que se muere de ganas de acudir, aunque sólo sea unos minutos, al baile en su casa. Pero la señora Kampf, que sigue viendo a su hija como una niña sin edad para este tipo de fiestas, no está dispuesta a dejarla acudir.

De esta manera, ordena a su hija no aparecer por el salón, mientras ésta le ayuda a rellenar las invitaciones que habrán de enviar a los asistentes. Este gesto hiere la moral de la hija adolescente, que ve como se llevan a cabo los preparativos del baile, desde un puesto alejado, sabiendo que no podrá disfrutar de la fiesta.

Entonces, con un simple e impetuoso gesto, en un arrebato, provocará una situación desesperada y desesperante, que vivirá desde un lugar cercano y alejado a la vez, y que desembocará en un brillante final, dramático e hilarante a partes iguales.

La autora ucraniana cuenta en pocas páginas la complejidad de una relación materno-filial en los primeros años del siglo dentro de una familia aburguesada, que busca el reconocimiento de la sociedad. Además se adentra brevemente, pero de manera muy profunda, en las relaciones matrimoniales en aquellos años.

Una novela corta imprescindible de una de las escritoras más importantes del siglo XX, como demuestra la recientemente publicada Suite francesa (2004), conservada por sus hijas en un manuscrito después de su muerte, en 1942 a manos del nazismo, en el campo de concentración de Auschwitz.

Publicado en Pero Libros

lunes, 15 de noviembre de 2010

Un archivo fotográfico en las manos

Década. Phaidon Press. 512 páginas. 39’95 €.

Todo fotógrafo o encargado del apartado de imagen siempre desea un gran archivo dónde encontrar lo que necesita. El periodismo precisa de ellos como los peces el agua. Phaidon Press está consiguiendo crear un archivo memorable con sus publicaciones sobre fotoperiodismo. Esta vez le toca el turno a Década, un atractivo libro que recoge más de 500 fotografías de prensa de los últimos años.

Tras el éxito arrollador de Century, y siguiendo la misma línea, Década hace lo mismo que su predecesor, con la única diferencia de que esta vez el periodo es más corto, por lo tanto, permite analizar un poco más en profundidad los hechos más importantes de estos diez años.

Si cogemos esta publicación y la repasamos de principio a fin podemos hacernos una idea visual de lo que han sido estos últimos diez años, los cambios vividos en el mundo y la situación actual respecto a la de una década atrás. Las fotografías precisan de todo lo que necesita un buen archivo fotográfico, los tres elementos imprescindibles: la imagen, el pie de foto y un breve texto de contextualización histórica, que permite al lector entender toda la magnitud de la imagen y del contexto en el que fue tomada.

La diversidad temática en estas imágenes es enorme. Década ofrece documentos gráficos relacionados con el arte, la política, los conflictos bélicos que se han mantenido activos en estos diez años, que no son pocos, los eventos deportivos, el avance de la ciencia y la tecnología… y muchos otros temas que podrás encontrar entre sus páginas.

Llama la atención que no sólo se centra en imágenes periodísticas puras, sino que guarda un pequeño lugar a lo que se ha dado en llamar “periodismo ciudadano”, que ofrece a esta edición una visión de algunos momentos que los fotoperiodistas no han podido recoger en ese instante, y que toman importancia por el contexto que inmortalizan, más que por la propia calidad de las imágenes.

Las fotografías están acompañadas por cinco ensayos iniciales, a cargo de Jonathon Porritt, Christopher Coker, Simon Kuper, Frank James y Christopher Burge; además de un breve texto inicial en cada año, que resume la situación y los hechos más importantes ocurridos en esos 365 días.

La guerra de Irak, los atentados del 11-S y el 11-M, la violencia en Oriente Medio, el primer trasplante de rostro o el recrudecimiento del régimen iraní, son algunos de los muchos acontecimientos recogidos en estas 512 páginas, que se constituirán como un gran referente documental para fotógrafos, periodistas y ciudadanos de a pie, que podrán disponer de un archivo en sus manos.

Publicado en Culturamas

lunes, 8 de noviembre de 2010

Convulsa adolescencia

Agosto, octubre. Andrés Barba. Editorial Anagrama. 152 páginas. 15 €.

¿Quién puede decir que los veranos de la adolescencia no marcan la vida? Andrés Barba seguro que está de acuerdo con afirmarlo. En Agosto, octubre así lo deja patente al menos. Las pandas de amigos, el descubrimiento del sexo y de las chicas, la muerte cercana…

Tomás viaja como cada verano al pueblo donde pasa las vacaciones con su familia. Allí, bajo la tranquilidad de este pintoresco lugar, comienza a suceder la vida, y esta llega con el vestido más negro que tiene en su armario. La tía Eli está enferma y su vida se está acabando y ella lo sabe y lo asume. Su familia atraviesa por un mal momento y es entonces cuando una tarde Tomás descubre una pandilla de amigos en la que ampararse.

Comienza a salir con ellos y, en pocos días, descubre que también hay algunas chicas vinculadas con este grupo de chavales. Todo transcurre con una tranquilidad extrema, propia de la vida de un pueblo, en la que pueden ocurrir las cosas más trágicas del mundo sin que se pierda la apariencia de sosiego.

Esto ocurre en la primera parte, bastante más lenta y larga (100 páginas) que la segunda (40). Aunque parece algo inconclusa, al final de esta el autor hace dar un giro desmedido a la vida de Tomás y con ello a la novela. Tomás se ve envuelto en un episodio de una violencia descomunal el día antes de marcharse de vuelta a Madrid con su familia, cuando tiene un sentimiento de desazón y autodestructividad que le lleva a perderse.

Así, la segunda parte transcurre en la ciudad y con un gravísimo sentimiento de culpabilidad de Tomás, que no encuentra la manera de subsanar el grave suceso acontecido la última noche del verano. Este segundo capítulo, con un ritmo mucho mayor, de frases cortas y concisas, despliega una fuerza narrativa atroz. Tomás busca las maneras de solventar su error y sacarse de la cabeza el último verano, traumático de principio a fin y que ha supuesto el cambio de la niñez a la juventud y el camino a la madurez. Los remordimientos, el recuerdo de su tía, la automutilación, son algunas de las formas que aparecen repetidas en el mes de octubre, y que acaban derivando en la huida de Tomás al pueblo para intentar solucionar el hecho ocurrido en agosto. El cierre de la obra es perfecto.

Andrés Barba ha conseguido algo muy difícil -y lo ha hecho muy pronto- que es conseguir una voz propia y tratar con una tierna dureza una parte de la vida muy convulsa, que es la adolescencia. Su prosa juega con los ritmos narrativos a la perfección y el lector queda atrapado desde el principio en un nudo de metáforas en el que la acción transcurre, como la vida en los pueblos, lenta, pero sin pausa.

Publicado en Pero Libros

domingo, 7 de noviembre de 2010

Parque Europa: un continente en 190.000 metros cuadrados

-Vamos al Puente de Londres –habla una pareja justo debajo de la Torre Eiffel de París.

-Vale, ayúdame a levantarme.

Cualquiera que lea este diálogo sin saber de qué hablo puede pensar dos cosas. O que estoy loco de remate, o siendo más benévolo con mi sentido común, que tengo una poderosa imaginación, un tanto novelesca. Pero no. Ahora esta conversación es perfectamente viable, siempre y cuando nos encontremos en Parque Europa, el nuevo parque recientemente inaugurado por el consistorio de Torrejón de Ardoz.

La sirenita de Copenhague, el Tower Bridge de Londres, el Manneken Pis, el Atomium de Bruselas, la fontana de Trevi romana, con bastantes céntimos en el escaso fondo, o la Torre de Belém, entre otros monumentos europeos, ya tienen su réplica en suelo torrejonero. El parque se inauguró el pasado 3 de septiembre, y desde entonces ha recibido más de 400.000 visitas.

El abanico de réplicas para visitar alcanza los 17 monumentos, algunos de mayor importancia histórica, como la Puerta de Brandemburgo que custodia la entrada principal. Existen, sin embargo, algunos monumentos de menor repercusión entre el visitante, como pueden ser los molinos holandeses, el puente de Langlois, famoso porque Van Gogh lo pintó en algunos de sus cuadros de su etapa francesa, o el teatro griego.

No se queda fuera Madrid, que es la ciudad que más monumentos aporta a esta especie de alegato europeísta tornado en parque y zona de ocio. La puerta de Alcalá, la puerta del Sol y la Plaza Mayor, representan la capital entre tanto monumento europeo. Las réplicas están, por lo general, bastante logradas, aunque parecen ser de cartón piedra endeble cuando te acercas un poco a la estructura.

No obstante, el comité seleccionador de las representaciones ha olvidado, no sabemos el motivo (licencias, consideración personal, simple olvido…), otros atractivos más potentes que alguno de los que sí figuran en la lista. Faltan, a primera vista, el Partenón griego o algún elemento destacado de alguna ciudad como Barcelona. “Hubiese estado bien que hubiesen puesto el castillo ese que está por Austria, que es el de Disneyland… Habrían venido muchos niños con sus padres”, comenta una viandante que pasa por nuestro lado.

Nadie duda de que la apuesta del ayuntamiento es segura en cuanto a visitas y popularidad para el pueblo del corredor del Henares, aunque algunos lo atacan con el pretexto del desembolso realizado, hablándose en algunos entornos de la deuda existente del consistorio. Lo cierto es que aún no se puede valorar la repercusión y la inyección o el gasto que haya podido ocasionar la inauguración de Parque Europa para la localidad.

En cualquier caso, la visita es agradable y merece la pena ocupar una tarde, pues tampoco es necesario mucho más para verlo completo, en navegar por debajo del Tower Bridge o en contemplar el Atomium desde la base de la Torre Eiffel.

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viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Cuánto vale una amistad, Mark?

¿Cuánto vale una amistad cuando en juego hay mucho poder? Sería una buena pregunta para transmitirle al creador de Facebook, Mark Zuckerberg. Tras su invento, verdaderamente fantástico, su popularidad ha crecido al mismo ritmo que los millones que acumula en su bolsillo. Facebook se ha convertido en una de las redes sociales más utilizadas en todo el mundo, con más de 500 millones de usuarios.

La red social desentraña los episodios más importantes de la vida de este joven millonario, desde que empezó a trabajar en el tema de las redes sociales hasta la actualidad. Mark Zuckerberg es una mente brillante, eso es innegable, aunque personalmente, según el guión de la película, deja bastante que desear.

El elemento narrativo principal, un juicio, permite desenmascarar poco a poco cómo se gesta el proceso y se asenta la web en el entorno universitario americano, para después cruzar el charco y llegar hasta las universidades europeas, primero, y a todos los usuarios, posteriormente.

La película nos descubre a un Mark Zuckerberg poco preocupado por los demás, capaz de vender a su mejor amigo, que se erigía como director financiero del proyecto (aunque su función básicamente era aportar el dinero con el que Zuckerberg iba creando la web), y de robar la idea de Facebook a unos alumnos que le contratan para que la desarrolle. Mientras él se supone que está trabajando en el proyecto de los hermanos Winklevoss, va dando luz de manera paralela a Facebook.

Su personalidad traidora e individualista alcanzará su máximo esplendor cuando aparezca en su vida el creador de Napster, Sean Parker, interpretado por Justin Timberlake, que empezará a inculcar ideas que le favorezcan como miembro fundador del proyecto, para así volver a poner su nombre en el listín de ricos y grandes innovadores de la tecnología.

La verdad es que Mark Zuckerberg no sale muy bien parado de este film. Pero esa candente falta de escrúpulos a la hora de actuar le han valido su fortuna. ¿Cuánto vale una amistad, Mark?

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Suspicacias en Pastrana

Cuentan que Felipe II estaba enamorado de la princesa de Éboli. Ni siquiera la realeza puede sobreponerse a estas incidencias. A su vez, la princesa de Éboli, Ana de Mendoza y de la Cerda, viuda ya de su marido, era amante de Antonio Pérez, Secretario de la Corte de Felipe II. Hay multitud de leyendas sobre este triángulo. Algunas dicen que Felipe II y Antonio Pérez eran amantes de la princesa de Éboli y que por eso el monarca encarceló a la princesa de Éboli cuando se enteró, con el pretexto de haber asesinado juntos a Juan de Escobedo, envolviendo su asesinato en temas de alta traición a la patria.

Lo llamativo es la crueldad del encierro de la princesa de Éboli, primero en Pinto, luego en Santorcaz, y finalmente en su propio Palacio de Pastrana, donde murió después de estar cautiva durante los últimos once años de su vida, en 1592. Está claro que lo que llevó a Felipe II a encerrar de manera tan cruel a Ana de Mendoza tuvo algo que ver con Antonio Pérez. Y es la historia la que indica que, efectivamente, mantenían una relación tras la muerte de Ruy Gómez de Silva, marido de la princesa. El rey cortó tajantemente la comunicación postal que mantenían los dos durante el encierro de la princesa en Pastrana y el exilio de Antonio Pérez a Aragón.

En Pastrana aún quedan vestigios de esta época. Si llegas a la plaza de la Hora y te sitúas frente al Palacio Ducal lo podrás ver. En el flanco derecho de la fachada se encuentra el balcón enjaulado desde el que Ana de Mendoza contemplaba durante solo una hora al día la calle y su vida. Esto fue durante la parte final del encierro, en la que la situación de la princesa de Éboli se agravó. El rey obligó a sus hijos y sus sirvientas a salir de Pastrana, y la princesa tan sólo se quedó con su hija pequeña, que la acompañó hasta el día de su muerte.

Felipe II murió en 1598 y a su muerte no se había pronunciado nunca sobre el motivo del arresto de Ana de Mendoza, lo cual alimenta claramente las tesis de sus celos y el amor que sentía por la princesa. No ocurrió lo mismo con Antonio Pérez, que en el tiempo de su arresto estaba acusado de conspiración contra la corona, alta traición y del asesinato de Juan de Escobedo, la misma noche en la que éste irrumpió en la casa de la princesa mientras estaba con Pérez.

La Historia deja lugar a la suspicacia en multitud de ocasiones, sólo se trata de intentar averiguar.

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lunes, 1 de noviembre de 2010

Amar, y escribir, en tiempos revueltos


Una historia iraní de amor y censura. Shahriar Mandanipour. Editorial Lumen. 400 páginas. 20’90 €.

Chico (Dara) conoce a chica (Sara) y se enamora de ella. Algo típico y bastante socorrido en la literatura. Hasta ahí bien, el problema es cuando esto sucede en Irán. Pero, expliquémonos: Dara y Sara son a su vez personajes de ficción dentro de la propia novela de un escritor iraní cansado de no poder escribir una historia de amor en su país y decidido a hacerlo esta vez. Otro problema.

Dara se fija en ella desde el habitáculo para chicos de una biblioteca. Sara es estudiante de literatura iraní en la universidad de Teherán y, hastiada de estudiar los versos de poetas de hace miles de años, solicita en la biblioteca La lechuza ciega. Lógicamente, la biblioteca no tiene libros prohibidos. Es entonces cuando Dara, que la escucha solicitar el libro ve su oportunidad. Intenta llamar su atención colocando un puesto de venta ambulante de libros cerca de su casa, en el que sí está el libro que ella ha pedido. Acaban de escribir la primera página de su novela, sin ni siquiera saberlo.

Durante toda la obra, la historia se divide en dos: la del amor prohibido de estos jóvenes (recuerden que en Irán los hombres y las mujeres tienen prohibido incluso hablar en la calle si no son parientes), y por otra parte la del propio escritor que desea escribir esa historia. El novelista vive inmerso dentro de la tensión de su propia historia, formando parte de ella de manera muy activa, dialogando con los personajes, que incluso a veces se niegan a cumplir lo que este quiere para su novela, y dando giros inesperados y desenlaces extraordinarios a sus episodios.

Shahriar Mandanipour juega con una doble escritura con diferencias tipográficas, de tal manera que una escritura convencional desentraña la manera de escribir la obra, con sus pensamientos, sus intentos de dotar de personalidad a los personajes, y de burlar los controles del ministerio, que impone una férrea censura; y por otra parte, una tipografía en negrita, que a veces incluye frases tachadas y eliminadas por el autor, que constituyen el cuerpo de la novela que el personaje del escritor va culminando con el paso de las páginas. Con este juego, el autor iraní deja perfectamente clara la dificultad de difusión de una historia de este tipo en Irán y la fuerte censura a la que se ven sometidos los creadores, en la que adquiere mucha fuerza el personaje del censor Petróvich.

Mientras las patrullas de la Campaña Iraní contra la Corrupción Social velan porque Sara y Dara -ni ningún joven iraní-, se vean a solas, sea cual sea el lugar, ellos transitan los cibercafés clandestinos, la montaña, o hablan mediante internet, cada vez que pueden. Mandanipour establece una crítica social muy fuerte a la política social iraní y a la sociedad por su conformismo pasivo ante determinadas situaciones que han derivado en la realidad actual de Irán.

Las páginas en negrita avanzan más lentamente que las convencionales, lo cual indica una fuerte presencia del censor en la mente literaria del personaje novelista, que a veces se ve obligado a recurrir a las metáforas arcaicas de los grandes poetas antiguos de la tradición persa, para describir un amor entre dos jóvenes que han nacido en el siglo XX, pese a no poder tener una clara conciencia de ello.

La escritura de Shahriar Mandanipour tiene una gran influencia de la corriente del realismo mágico, aunque en sus páginas realiza todo un ejercicio de literatura contemporánea y de crítica social, muchas veces basada en un humor admirable. El transcurso del libro nos hace ver, además de una historia de amor prohibida, que en muchas ocasiones suelen resultar las más conmovedoras, los mecanismos internos de la novela y las virguerías del autor por saltar la censura y poder publicar la historia en su país. En una ocasión, incluso, fantasea con la idea de que algún año próximo el premio Nobel recaiga en un escritor iraní, pues, según dice, lo merecería tan solo por los ejercicios que debe realizar para lograr la publicación de sus libros sin que se queden en las oficinas del censor.

Cuando una novela y un amor entre dos jóvenes nacen en un lugar con una situación tan compleja, lo demás no importa. Por lo tanto si quieres leer el final te aconsejo que te sumerjas cuanto antes en estas páginas para conocer de primera mano lo que aquí cuento y puedas juzgar por ti mismo.

Publicado en Otro Lunes